miércoles, 18 de abril de 2012

ANALISIS DE LAS CAUSAS SOBRE LA BAJA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA ESCUELA

Propuestas y medidas de mejora para promover dicha participación.

Los padres y madres son un recurso importante para los niños/as. Para que ellos comprendan que son importantes, hace falta tener en cuenta tres aspectos fundamentales: primero ellos deben sentirse significativos, y percibir las razones para ayudar, la importancia que tiene y cómo pueden ayudar; segundo, deben sentirse influyentes y ver que su esfuerzo se traduce en el éxito escolar de sus hijos/as; y en tercer lugar ellos deben sentirse apoyados por la escuela, sentir que tiene objetivos comunes y que cooperan en el nombre de sus hijos/as.

Los padres y madres que sienten que juegan un papel importante ayudando a sus hijos/as en el rendimiento académico, y se implica a sí mismos en su educación, pueden también facilitar cambios en los comportamientos de los propios padres y madres. Los cambios en las relaciones entre padres e hijos pueden tener un impacto en toras partes del sistema familiar. Los cambios en la vida de los niños/as pueden estar seguidos por cambios en la vida de las familias. Unas actitudes más abiertas hacia la escuela pueden tener la ventaja de un mayor contacto con la sociedad local.  Madres que apoyan a sus hijos pueden revisar su propia situación educativa y comenzar su propia carrera académica. También sugiere facilitar sistemas de grupos de padres donde aprendieran los unos de los otros, conociendo la situación de cada uno estando así al corriente del desarrollo de los demás niños/as.

Sin embargo, en la actualidad la situación general en la relación familia-escuela no es satisfactoria. Las escuelas por lo general no están interesadas por los padres que toman demasiada iniciativa y que les importa en exceso.  Por lo que los padres viven con incertidumbre las expectativas que la escuela tiene sobre su papel en la relación y cooperación. Estos no se encuentran a sí mismos en una situación de igualdad en la cooperación de la familia-escuela, sino que sienten que los docentes tienen el poder. Esto se acentúa en el caso de los padres inmigrantes quienes en general sienten incertidumbre ante la situación, teniendo carencias en las relaciones y conocimiento de los otros padres, participando menos en los encuentros en la escuela.

El profesorado tiene el poder institucional y muchos padres se sienten inferiores a ellos, teniendo miedo del as sanciones escolares, pensando a su vez que criticando al centro o a los docentes puede llegar a perjudicar a sus hijos/as. Los padres rara vez experimentan apoyo social por parte de la escuela, aunque el profesorado diga lo que hace. Fomentar desde los profesores hacia los padres para darles más autoconfianza es por lo tanto muy importante. La comunicación basada en el apoyo social, el elogio, y el ánimo es crucial. La retroalimentación hacia los padres debería ser acertada y precisa para evitar malos rendimientos.

Las madres son  las personas más importantes en las relaciones familia-escuela. Entre el 70-80% de la relación familia-escuela es llevada a cabo por  las madres de los niños/as. Las madres ayudan a sus hijos/as con sus deberes; participan en la escuela en encuentros y actividades. Mejorar la asistencia de los padres tendría un enorme impacto en el éxito escolar de los niños/as. Sin embargo la participación de las madres o de los padres tiene un efecto diferente en el rendimiento de los niños/as. La participación de ambos padres en los primeros niveles educativos, es seis veces más relevante para el éxito escolar, que la influencia de la propia escuela. Si todos los padres en una clase apoyaran y estimularan a sus hijos/as igualmente, esto reduciría la diversidad en el rendimiento académico en un 30%.

Razones de por qué los padres no participan en la relación familia-escuela:
Ø  Algunos padres tienen niños/as pequeños, y nadie que los atienda.
Ø  Algunos padres tienen unos turnos de tarde y noche.
Ø  No se sienten bien en las escuelas por su propia mala experiencia escolar.
Ø  No asisten a las reuniones porque no lo consideran importante.
Ø  Están estresados y tienen problemas.
Ø  Se sienten fuera del círculo social y no se sienten seguros para ir a los encuentros escolares.
Ø  Se sienten desconocedores del lenguaje y creen que no podrán entender.
Ø  Se sienten incapaces y creen que los docentes sabrán cual será la mejor forma para educar.
Ø  Algunas personas creen que no le entenderán y que ellos no sabrán comunicarse.
Ø  Algunas personas creen que el tema de la escuela no les concierne a ellos si no exclusivamente a los enseñantes.

Conseguir una buena relación entre familia y escuela será beneficiosa para ambos. Esto ayudará los docentes a entender la situación especial y la rutina de cada estudiante. A través del desarrollo de relaciones positivas entre familia y escuela el profesorado puede construir expectativas más realistas sobre cada educando. Al mismo tiempo que permite que las propias familias elaboren expectativas más coherentes y realistas de sus hijos/as.

Los padres y madres también tienen una responsabilidad clara en las relaciones que se establecen entre la familia y la escuela. Deben trabajar con sus propias actitudes hacia la escuela y tratar con sus propias emociones relacionadas con sus propios resultados académicos y su propia experiencia escolar. Deben implicarse más en el funcionamiento de  la escuela, y en las actividades que la escuela propone. Las familias, junto al profesorado deben crear juntos, expectativas comunes hacia los niños/as. Debemos comprender que la familia y escuela tiene metas comunes: mejorar el rendimiento y el éxito escolar.

¿Qué debemos mejorar?



 Ø Modificar los hábitos de funcionamiento de los centros, que tienden a dificultar la labor de las APYMAS y a menospreciar su participación en la gestión.
 Ø Mejorar la formación de los padres para responsabilizarles en l función educadora de sus hijos/as y en la participación activa. 
 Ø  Elevar el porcentaje de participación de los padres en los consejos escolares.
 Ø  Modificar la legislación laboral, para facilitar la participación de los padres en la gestión de los centros educativos.

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